Como os va la vida??? Espero que bien y echándome poco de menos, ya que mi vuelta al país del sol se va a alargar un par de meses... os voy a volver a ver a la mayoría ¡a partir del 23 de septiembre! Como os imagináis, eso no quiere decir que me vaya a quedar allí para siempre, ni tampoco que os vaya a dejar para siempre... Bueno, en realidad no significa nada porque aún no hay plan fijo para el próximo invierno. Lo que es fijo es que este verano será alemán puro y duro, y que me espera un machaque de acusativo, dativo y genitivo, que no va a ser normal.
Estos últimos días han transcurrido sin gran adrenalina. Es lo que tiene la época de exámenes, que aquí no termina nunca. En la Uni hay exámenes hasta la primera semana de agosto, y otra tanda a lo largo de septiembre. Así que los estudiantes a tiempo completo tienen con suerte un mes de vacaciones de verano, donde quien no tiene que estudiar, tiene que echar horas de praktikum como un loco. Todavía me río de los que el año pasado me dijeron "ya verás como a los Erasmus os despachan pronto"... ¡Hasta el 19 de julio me van a tener pringando! ¡Y sin aire acondicionado en las aulas! Pero bueno, no deja de ser una pequeña parte de esta cultura que tanto disfruto :)
El pasado martes tuve un examen fuerte, por lo que la semana anterior fue dedicada enteramente a memorizar diapositivas, y entre tema y tema a partirme de risa sola con mi nuevo descubrimiento: New Girl.
Dicha semana se potenció mi síndrome de Diógenes con dos valiosos objetos. El primero:
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Mi sofá rojo mega-guay!! |
Y el segundo:
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Das Lied von Eis und Feuer |
El único evento social a destacar de la primera semana fue el cumple de Axel, quien tomó prestada un aula de la Uni y montó una discoteca privada por una noche, con un equipazo de sonido, luces y ¡hasta una máquina de humo! Nos hartamos de bailar y de reírnos con tanto friki suelto.
De la última semana, examen frustrado aparte, lo más interesante fue el finde, que lo pasamos en Silberberg para que los churri-suegros nos malcriaran con ganas. El viernes no dió tiempo a más que cena y peli. El sábado inauguramos su piscinaca por la mañana y por la tarde nos fuimos de barbacoa con toooda la familia Urban, tíos, abuelos y primos incluídos. Comimos manjares alemanes hasta reventar, y luego nos lo pasamos bomba con las más enanas saltando en una cama elástica chachi piruli. El domingo nos fuimos a patinar por el pueblo y después nos dimos otro chapuzón en la piscina para matar la resaca. ¡Siempre hay algo divertido que hacer por allí!
Finalmente los padres de Mr. Churri nos trajeron a casa, y después de montarnos un patio artificial en el balcón sin avisar, echamos una partida de Catán en la que Frau Urban nos dió una paliza. En fin, a falta de pan buenas son tortas, y a falta de las payasadas de los D'Ambrosio que tanto echo de menos, siempre se agradece que otra familia te haga sentir como en tu casa.
Nos vemos en el próximo post!! Bis dann!!
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