martes, 5 de marzo de 2013

Cuando quiero sol

¡Hola carrasquillófilos!

Os dejé la semana pasada con un suspense impresionante. Se nota que habéis contenido la respiración una semana entera por la escasez de comentarios y de entradas de mis compadres. Mas no os preocupéis, que ya os lo resuelvo. Finalmente les di una oportunidad más a los de natación. Lo pasé bien en realidad, solo que no los conozco demasiado, beben más de la cuenta y, como todos los guiris de aquí, les da lo mismo 8 que 80 (libras) y ese ritmo económico no se puede llevar.

Y después de las semanas de conocer gente, de salir y divertirme, cada vez extrañaba más algo. Estar con quien me sé importante. Pero tengo la suerte suficiente como para llenar mis necesidades cuando surgen, quedaos conmigo y veréis qué quiero decir.

En fin, el martes estaba bastante cansado, así que pasó sin pena ni gloria terminando mi ensayo sobre los problemas sociales y éticos de la generación exagerada de residuos.

¡Basura para todos!, que diría Iniesta.
Y así llegó el miércoles, mi último día productivo de la semana, y yo sin haber empezado apenas el informe del proyecto que entrego este viernes... ¡Pero no hay que preocuparse! Gracias a mis mejores compañeras de residencia, L. y G., descubrí las increíbles cualidades organolépticas de la comida vegetariana y el más increíble aún gusto de los ingleses por los juegos de palabras que, por supuesto, no pillé. Fue una buena noche y comí hasta hartarme: hummus, sopa de remolacha, estofado de verduras, verduras al horno, verduras a la plancha, verduras al vapor, verduras hervidas... ¡ah! y bastante arroz.

Como siempre digo, puede que se deba a que estamos en una capital cosmopolita y tal, pero aquí la comida vegetariana está mucho más valorada que en Córdoba o Granada (no digo España por no generalizar, que a saber lo que comen en Sos del Rey Católico (y no me digáis que arroz)). Hay muchos más vegetarianos, hay algunos veganos... e incluso aunque no lo sean, hay quien valora bastante eso de hacer comidas basadas solo en verduras. Por supuesto, aún siguen ganando los estudiantes estilo "traga-pasta".
Ciertas investigaciones apuntan a que una razón del veggie love también puede ser el precio más bajo de los productos de la tierra. Pero por excusas hay para todos los gustos...


¡Y el jueves por fin llegó el esperado día! Después de la rutina de inglés y natación nocturna, con algunas bromas sobre andaluces, me encaminé a Victoria Coach Station a recoger a dos grandes, S y P, que tuvieron a bien quedarse conmigo todo, todito el fin de semana. Y yo, como siempre que acojo a alguien de tan buena calidad, ¡encantado!

Volví a hacer de guía y, como siempre, descubro cosas nuevas de una ciudad que ya empiezo a asumir, no podré conocer por completo. Aparte de lo más típico que ya seguro que conocéis, esta vez entré en la catedral de Westminster y realmente merece la pena. Por fuera es un edificio realmente original para un español, acostumbrado a unas catedrales muy diferentes y por dentro, resulta majestuosa y tétrica a la vez, pues combina unos techos negros que se pierden en la oscuridad con unos mosaicos ricos y detallados alrededor de paredes y bóvedas. Me quedó pendiente subir a la torre, que seguro tiene unas buenas vistas.


Y, aunque no era la primera vez, sí que pude conocer con un poco más de calma Portobello Market. Un lugar lleno de rarezas y carestía.

Nota mental, comprobar si la palabra "carestía" aún está en el diccionario.

Mucha charla, muchas risas y muy buena compañía que compensan con creces el cansancio, el sueño ¡y las prisas ahora para seguir con el proyecto!
Por cierto, ¿qué tendrán en cuenta una nariz roja y un narciso amarillo? Una pista, no va de alergia.


BRITISH HIDE & SEEK

Pues esta semana lo puse fácil, pero habréis estado demasiado ocupados porque no recibí ninguna respuesta!! Oooooh!

Para saciar vuestra curiosidad, entre mis líneas se escondía Jack the Ripper (el Destripador), un alegre y anónimo asesino en serie que se dedicaba a acabar con sus víctimas en Whitechapel, allá por el 1888. Normalmente eran meretrices rameras putas a las que cortaba la garganta y luego mutilaba en la zona abdominal con cierta pericia quirúrgica.
Con tan terribles asesinatos que nunca se llegaron a resolver, no es de extrañar que en la actualidad sea un reclamo turístico más, una excusa para que agencias de turismo organicen visitas guiadas basadas en este personaje.

¡Suerte con el siguiente! Creo que lo he puesto bastante claro para que empecéis a buscar, ¿no?


¡Un abrazo!


4 comentarios:

  1. Bonita visita.
    Y come carne porfavor, que esta gente no te vuelva un comeplantas obseso.

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    1. Jajajaja! Sabes que yo de obsesiones nada... En el fin de semana me hinché en mcdonalds, embutido del subway italian bmt, pollo y cordero hindú y yo qué sé qué más...
      Solo me sorprendió que estaba to rica la comida. Cuando quieras te cocino una buena zanahoria, que verás qué gusto... XD

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  2. Verduritas everywhere!! Que rico!! Pero nada es comparable a los piononos de mi pueblo ehhh,jajaja. Desde luego, eres el anfitrión y guía turístico por excelencia, que bien que tengas cerca a tu raíces granaínas :D
    Lo de la nariz roja sólo me hace pensar en el Reno de Papá Noel, pero seguro que estoy más fría que la casa del Yeti!

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    1. Yes, frío frío como el que Granada se ha llevado de Londres, que no veas que día hoy!
      Tampoco lo he visto yo, he estado todo el día encerrado con el proyecto y aquí sigo... T_T

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