domingo, 16 de junio de 2013

Wo waren wir?

Hola divinos de la muerte!!

Cómo estamos?? Con un moreno alucinante ya, verdad?? Golfos!!
Aquí vengo después de otra larga baja, de la que no os tenéis que preocupar en absoluto, sino al contrario, alegraros porque ahora vengo con mil cosas que contar, para llenar ese vacío inmenso que ha dejado Joselu y monopolizar el blog que a partir de ahora será mío y sólo mío!!!!


Para amenizar la lectura he pensado dividir todo el rollo que os voy a soltar en varios post, uno por cada semana ocultada. Veamos si con la resaca que cargo hoy puedo hacerlo de forma ingeniosa.


Empecemos por la semana del 13 al 19 de mayo. En mi último post os dejé con una tremenda expectación sobre una nueva e inminente experiencia. Se trataba de mis clases de Fabrikplanung (planificación industrial, aunque seguro que lo habíais deducido), mi primera y espero que última asignatura en alemán. Es lo que tiene ser Erasmus con asignaturas de libre configuración, que te puedes meter a aprender lo que te dé la gana. Constaba de un módulo intensivo de 3 días, en el que yo daba por hecho que aprenderíamos a usar algún programilla chulo y no me haría falta un vocabulario muy amplio, pero quienes observaron mis estados de desesperación en las redes sociales entenderán que supuse mal, para variar. Un señor alemán entrajetado y eufórico de principio a fin nos expuso cuatros temas teóricos sobre sistemas de planificación, características, ventajas y delirios filosóficos, que deberíamos tener aprendidos a las 3 semanas siguientes, para explicarlos en un examen ORAL y sin ningún material de estudio disponible, excepto lo que pudieras entender (o en mi caso copiar a toda leche) en las clases.

Pan comido!!!!
Creo que en mi vida he estado tan atenta en una clase, hasta pregunté y todo!! (que el pobre hombre me entendiera ya es otro tema). Y lo único que pensaba era "¿quién coj... me mandaría a mí a matricularme de esto???" Pero bueno, una vez dado el salto, ya no había vuelta atrás. Sólo me quedaba dedicarme en cuerpo y alma a este reto y rezar. Entre las palabras más chulas que aprendí os puedo nombrar "Wertschöpfungskette" (cadena de valor añadido) y "Wettbewerbsvorsprung" (ventaja competitiva).  Y me adelanto a la semana del 3 al 9 de junio para contaros que sobreviví al examen, aunque no sé ni como. No me quiero imaginar los horrores gramaticales que habré cometido, respondiendo a "lo que yo creía" que me preguntaban los examinadores. En fin, otra experiencia más que me llevo en el cuerpo y tan feliz que me fui con mi 3.7 (un 6 a regañadientes en España).

El jueves de esa misma semana, para aliviar un poco el shock, nos fuimos a ver que se cocía en la fiesta de la cultura latina en Bebel, aunque era más bien una fiesta centroamericana. Llegamos tarde para el quiz, pero por lo visto preguntaron cuál es la avenida más ancha del mundo, a ver si adivináis cuál es sin googlear. Comimos un arroz con leche ecuatoriano delicioso y nos pegamos unos bailoteos con música que esperábamos que fuera en español... pero no. Un amigo la pidió encarecidamente al dj y el muy entendido no nos ofreció otra cosa que "Ai se eu te pego". Aún queda mucho por hacer en este mundo...

Y el domingo aprovechando un precioso sol nos fuimos a Berlin a visitar el Carnaval de las Culturas, en un tren abarrotado de fanáticos del Energie Cottbus, que jugaba contra el equipo de Berlín. En Kreuzberg, el barrio más multicultural y creativo de la capital, habían montado un super-mercadillo con puestos de comida, bebida y productos varios de todos los países. Y repartidos por los rincones había conciertos al aire libre y actividades para promocionar la diversidad de culturas. Al principio pudimos recorrer todo tranquilamente, y comernos unas empanadas y choripanes en el puesto argentino, pero después del mediodía se petó hasta la muerte, llegó un punto en que caminábamos por la inercia de las corrientes de gente. Por ser el último día del   festival, se organizó un desfile con grupos de todas partes, y aunque al principio fuimos a verlo con toda la ilusión, al igual que miles de turistas, nos decepcionamos un poco al ver que no era algo continuo, sino que se cerraban y abrían las calles con cada grupo, lo que lo hacía demasiado lento para aguantar tanto tiempo bajo el solano. Aún así, recomiendo a todo el mundo que vaya a visitarlo, se organiza en Berlín todos los años para inaugurar la temporada y dura unos 3 o cuatro días. Aquí algunas fotos (que no le hacen mucho juicio, la verdad):




Y hasta aquí la semana políglota. Ya me pongo con el siguiente post. Bis dann!!!



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