martes, 14 de mayo de 2013

Esta tarde vi llover

¡Hola carrasquillófilos!

¿Qué os contáis? Por aquí, para empezar, ha vuelto el mal tiempo. No muy malo, pero lo justo para que vuelva a hacer falta chaqueta de vez en cuando. Pero no penséis que por eso paramos, el Erasmus llega a su fin y toca hacer todo lo que queda en el tintero a contrarreloj.

Os dejé el lunes de hace una semana preparando un examencillo de inglés... Pero me liaron, me liaron y acabé saliendo a la fiesta hispanobrasileña semanal del Walkabout, un pub junto al Támesis. Debo decir que no les hizo falta liarme demasiado.
Y estudiando siguió el martes, aunque con pocas ganas y poco éxito. Tampoco había de qué preocuparse esta vez. Avancé mucho más en mis conocimientos geográficos del Grand Line, que en inglés. Además, algo de experiencia como profesor y enfermero, eso vale para el curriculum, ¿no?


El miércoles fue el gran día del examen. ¿Qué os voy a contar? Unos textos sobre la psicología en las presentaciones de Power Point y a escribir sobre mis experiencias en la biblioteca de la universidad. Party hard, vaya.
Por suerte, para amenizar el día, después del examen nos fuimos a explorar un poco más City of London, el distrito administrativo más importante de la capital. Vimos de cerca el pepinillo (oficialmente, el número 30 de St Mary Axe), algún otro rascacielos a medio hacer, el mercado que hizo de Callejón Diagón en Harry Potter (incluyendo la puerta de El Caldero Chorreante, que en realidad es una óptica) y, aunque me abandonaron, yo seguí con mis planes. Entré en Temple Church, una iglesia de orígenes templarios con mucha historia, visité Fleet Street (que recordaréis por Sweeney Todd) y vi los palacios de justicia, a los que tengo que entrar un día que solo lleve objetos capaces de pasar una inspección de seguridad estándar.
De vuelta a casa, callejeé un poco para ver un par de parques y rincones que la gente aprovechaba para disfrutar del tímido sol.

Aquí os dejo unas fotos de tan provechoso paseo.





















El jueves llegó un gran día. Un reto digno del que las generaciones futuras contarán historias, una epopeya cuyo eco resonará a través de los siglos... EL METROTÓN.
Visitar todas las estaciones del metro de Londres en la zona 1 no es tarea fácil. 63 paradas. Lo hicimos y nos sobró hasta tiempo. Somos unas máquinas y nos conocemos el tube como la palma de la mano.


Acabamos reventados, pero mereció la pena. Más de 500 fotos, vaciadas de metro a las órdenes de L., estilo lata de anchoas de St Paul's a Bank, parar el metro por quedarse en las puertas atascado... En fin, menos encontrarnos un iPhone, nos pasó de todo.

El viernes fue un día tranquilo. Por la mañana visita múltiple a la asesora de imagen personal, donde R, M y yo nos quedamos límpidos y frescos (ahora que ha vuelto el mal tiempo...). Aquí se entretienen mientras te pelan en las más variopintas cosas... lo mismo te charlan todo el rato que te suben la moral a base de "sexy! gorgeous! beautiful!" y así todo el rato.
Después, casi por casualidad, descubrimos el Santo Grial de los gamers, un bunker lleno de ordenadores, sillones de última generación y ratones con más botones que un mando a distancia, todo para probar los productos de alta tecnología mientras juegas al Street Fighter, al LoL o al Minecraft.

Por la tarde fuimos a visitar la Fanzone de la euroliga de baloncesto en Trafalgar Square, pero estaba cerrada, se ve que ahí no retransmiten partidos ni nada. Después de cenita romántica en St James Park, para casa.

El sábado descansé, que bastante emociones había tenido. Además volvió a llover. Por la noche nos fuimos al bar de la universidad de karaoke, echamos un buen rato.

Ayer domingo sí que fui a la Fanzone dicha anteriormente con buenos propósitos: conseguir cosas gratis. Tres camisetas, una gorra, 3 llaveros, 4 posavasos, como 10^6 imanes, 2 bufandas... y bastantes más cosas. Luego en Regent Street nos dieron hasta de comer, como está mandado y para volver me di un buen paseo por Regent's Park, que lo tenía pendiente.
Y hoy aquí estoy, estudiando para mi siguiente examen (poco y lento), yendo a nadar y finalmente cenando en un restaurante tailandés con M, ¿quién iba a decir que saliera algo bueno de Cádiz?

¡Un abrazo!

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