lunes, 17 de diciembre de 2012

La vie en rose

¡Bonjour carrasquillófilos!

Hoy, para quien no lo sepa, os escribo desde un poquito más cerca. Desde Compiègne. ¿Compqué? ¡Compiègne!

Vamos a situarnos, que os veo perdidos...

¡Aaaah, Francia! Pues sí, bien al norte, como a mí me gusta.
Ya podéis empezar a poneros la boina, pillar una baguette de la Alacena (publicidad superbliminal) y darle al play.

Hacéis mal en no conocer este lugar, pues actualmente es una de las ciudades más importantes del mundo y parte del extranjero.
¿Por qué? ¿Con menos de 50.000 habitantes? Una ciudad que, según algunos franceses reales entrevistados en Londres, merece opiniones como "es donde vive mi abuela", "¿para qué vas ahí?" o "¿de verdad eso está en Francia?".
Pues sí, una de las más importantes por un tesoro que guarda desde hace unos meses y que, sí sois buenos seguidores del blog, sabréis cuál es.


A lo mínimo que sepáis de mí, sabéis por qué estoy aquí y por qué soy la envidia de media España estos días.
Pero no nos precipitemos, que luego empiezo a dar saltos en el tiempo y os perdéis.

Recordaréis que la semana pasada os dejé con la miel en los labios, con la promesa de una semana agitada para compensar la humillante ocupación que me procuró el proyecto. Y cumplí en lo posible, ya me conocéis.

Aunque soy demasiado bueno y siempre ponía cara de pena cuando casi todos mis compañeros de clase, de Erasmus, de pasillo... decían que tenían muchísimo que hacer e incluso exámenes, en el fondo no podía estar contento al sentirme ya de vacaciones.
Es cierto que tenía un par de clases, y que un par de cambios de hora de última hora me molestaron más de la cuenta, pero conseguí aprovechar la semana en lo posible (aunque no respeté mi propósito de ir a todos los entrenamientos de natación, lo siento mami).

Para ser sinceros, la mayor ocupación que tuve esa semana y que me dio la excusa perfecta para visitar el Londres navideño fue la caza de gangas para regalos de Navidad.
El martes por la mañana, exploración concienzuda de todos los mercados de Camden para ir comparando precios e ideas. Más tarde, visité por primera vez este año Harrods, las galerías de compras más prestigiosas, lujosas y caras de todo Londres. Yo creo que el precio sube por lo que le tienen que pagar a los trabajadores para que se pongan los uniformes tan ridículos que llevan, sobre todo en la sección de comida y delicatessen (no faltan productos españoles, por cierto).
Harrods no especialmente navideño. En serio, así está de normal.
Huelga decir que no pude comprar nada de este lugar, pero tampoco me quedé con ganas, sabéis que las pijerías lujosas extremas me escandalizan, me hacen reír, pero no provocan en mí ningún deseo consumista. Lo bueno es que, como en Ikea, te dejan echarte fotos en cualquier lado.
No podéis resistiros a abrazar a este trío, reconocedlo.

Todo es mejor en buena compañía.
Mucho más estilo que en Ikea, aunque aquí también hay rebajas.

 Me gusta imaginar a una pareja. Él con monóculo y sombrero de copa. Ella con abrigo de pieles y pamela clásica.

"Mira a los pobres, cariño, se conforman con hacerse fotos" -dice ella.

"No digas esas cosas, Constance, son sólo proletarios que se conforman con soñar. ¿De qué animal quieres que te hagan el abrigo hoy?"



Mirad si será la tienda famosa y pija que dentro de ella misma en su propio interior laberíntico tienen una tienda de RECUERDOS. Podéis adquirir a precios no razonables cosas como bolsitas y monederos de polímeros exquisitamente decorados (vaya, de plástico con dibujos de gusto... variado), llaveros, tazas para desayunar, peluches, postales...

Aunque es bien famoso por su lujo y alto copete, Harrods se hizo famoso por algo más. Su dueño es el padre del amante/novio/affaire de la Lady Di que murió junto a ella en un accidente de coche. Tienen una estatua muy sentimental e idealizada de ambos persiguiendo una paloma a la orilla del mar y un libro de visitas en el que, 15 años después de la tragedia, te invitan a dejar tus mejores deseos para ambos. Sinceramente, si están en algún sitio, a estas alturas seguro que se han buscado un duplex y no les importa mucho lo que mil desconocidos al día les escriban. Pero bueno, nosotros dejamos nuestra inconfundible marca.

Lo mejor, lo dejo para el final, para premiar a los más pacientes. No os hace falta entrar a Harrods para quedar sorprendidos por el arte que tienen para montar escaparates. Este año la temática es princesas Disney. He puesto también los nombres de los diseñadores por si hay alguien especialmente interesado en la moda. ¡Y qué demonios, para darle más caché si cabe a este fantástico blog!
La Bella Durmiente de Eli Saab
La sirenita de Marchesa





Bella de Valentino
Rapunzel de Jenny Packham
Cenicienta de Versace



















Jasmine de Escada

En fin, es algo que hay que ver si se está en Londres el tiempo suficiente. Lo incluiré en mi guía para visitas (espero que alguien la use pronto), pero no está en el Top Ten, podéis estar seguros.

Pero echad cuentas. No de pasta, que es aún peor, de kilómetros. Todo esto que os digo lo visité a patita. Más los 20 kilómetros del sábado, los que cayeran el domingo... Hice una maratón. Vale, en 4 días, pero yo creo que la hice. ¿La consecuencia? Me salió una llaga prácticamente invisible en el tendón de Aquiles izquierdo (mierda, ahora conocéis mi punto débil) que dolía como un demonio. Y mi paseo del miércoles por la mañana en botazas (en busca de regalos definitivos) no ayudó en absoluto. Así que me perdí el estreno en Europa de El Hobbit, que como es costumbre, reunió a las más distinguidas estrellas del séptimo arte (bueno, vino Gandalf, joe) en Leicester Square.
No os confundáis, sí que intenté ir. Sólo que tardé el doble de lo acostumbrado, en parte por el dolor y en parte por disimular la cojera simulando estar dando un agradable paseo por las avenidas de la ciudad con la gracilidad de un gamo. Así que llegué tarde. La parte buena es que compré los regalos para el amigo invisible y estoy bastante seguro de que he vuelto a acertar. ¡Qué suerte tienen algunos!
Leed bien todos y recordadlo, porque no fue nada fácil conseguir tales presentes. Me pateé medio Londres en busca de la perfección, pasé frío y cojera, pero lo conseguí. ¡¡Ahora sufrid de curiosidad, nunca sabréis quienes son los agraciados hasta el final!!

Por la noche hubo cena de despedida para dos compañeras Erasmus que no volverán a pisar la universidad en Londres. ¡Así de efímera es la vida! Muy bien que lo pasamos, pero el cansancio y la imposibilidad de negarse a aceptar cosas gratuitamente empañaron un poco la noche.

En vista de lo que me esperaba el fin de semana y de que ya tenía todo preparado, el jueves y el viernes intenté hacer lo menos posible para que mi pie se recuperara. ¿Cama? Ni hablar, había maletas que hacer, regalos que envolver, ropa que planchar desde hacía una semana...
Además, averigüé una forma de ponerme las zapatillas de manera que no herían la rozadura. Creaban otras, por desgracia, y en la actualidad tengo múltiples heridas y vejigas, mas no se preocupen, mis poderes mutantes me harán sanar pronto.

Vale, ya dejo de hablar de compras y tonterías, que el sábado por la mañana (tan de mañana que en España aún sería hora de discoteca) tomé el Eurostar rumbo a... ¡¡París!!
Primero, es un tren normal que la mitad del viaje va por debajo de un túnel. No se ven pececitos debajo del mar y ni siquiera el paisaje en ninguno de los dos extremos es especialmente llamativo. ¡La próxima vez me vengo en bus que es más barato, oiga!

Justo a la llegada me estaban esperando, como en las películas moñas, con un abrazo de los que te echan para atrás y te hacen ver, otra vez, que hay cosas que compensan todo lo malo.

Y ya que estábamos allí no íbamos a dejar de visitar una de las principales capitales europeas, ¿verdad?

¡París es relindo! Los edificios son elegantes e imponentes, las avenidas son enormes y con mucho estilo, los turistas abundan y pasear por los Campos Elíseos a veces se vuelve casi tan difícil como conducir por ellos.
¿Que si lo prefiero a Londres? Bueno, hay cosas en que sale ganando, desde luego: en estilo, en la impresión de ir andando siempre por calles llenas de encanto, en la buena comida (puede sonar a tópico, pero hasta en un puesto de bocadillos hacen exquisiteces), los monumentos más conocidos, un sol que realmente radia calor... Y otras en las que no sale tan bien parada, como el metro, el número excesivo de turistas y vendedores y la impresión de que es una ciudad más para visitar que para realmente vivir.

Ya había estado en París años atrás, bien lo sabe una de mis más queridas amigas y seguidoras.
Al volver años después, uno confirma cómo ha perdido la inocencia y la capacidad de sorpresa e impresión.

Uno de los recuerdos más impresionantes de aquella primera vez (ahorraos el chiste) fue el estar en Notre Dame, una catedral que me subyugó. Supongo que ahora, mucho más viejo, sabio y con unos ojos que han visto mucho más, es normal que no sienta aquella primera y honda impresión, pero sigue siendo una verdadera pena.
Antes pensaba que la gente a mi alrededor era fácil de impresionar. Ahora veo que soy yo el que ha perdido esa capacidad.

Y ahora me voy. Lo mejor de Compiègne me espera.

LONDON QUIZ

¿No había acabado ya con el ultra reto de la semana pasada?
Pues sí, no os asustéis, pero el recuento tomará un tiempo que ahora mismo no tengo, así que os dejo con la intriga una semana más.
Además, tengo que preparar también una ceremonia de entrega de premios a la altura de los Oscar.

...venga, baah, una última vez


Esta vez la foto no es mía, pero lo hago más para entreteneros en este frío lunes.


¡Un abrazo!

8 comentarios:

  1. Magnífica entrada!! esta me gusta en especial.
    Y estoy de acuerdo, París es lindo de verdad aunque yo le encontré encanto hasta al metro porque había cada personaje...jajajaja
    Disfruta mucho de estos días y del enorme tesoro que guarda Compiègne.
    Besos y abrazos.
    P.D:Salis muy guapos en la foto!!

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    1. Hola, Amparo. Ambas somos fieles seguidoras de Triqs. Espero conocerte algún día, Ampa!!!

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    2. Sí que lo somos jeje y yo también espero conocerte!! así que te vienes con Joselu cuando quieras para Granada y nos tomamos algo :D
      Muaksss!!

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    3. Weeeeh!! Una cena de parejitas como siempre quise XD

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  2. Me encanta esta entrada. Debiste comprar tiritas... La verdad es que es triste que te salgan ampollas, pero más lo es perder la inocencia. Sin embargo, creo que la Grand Place de Bruselas iluminada me impresionó tanto como Nôtre-Dame aquel año. Quizás no recuerde bien cuánto me impresionó y por eso me atreva a compararlo, quizás hace tanto tiempo que no disfruto tanto viendo algo que me sorprendió a mí misma el hecho de sentir aquello, quizás es que el día que visité la plaza estaba especialmente sensible... Quién sabe.
    En cuanto a la foto, es bien sencillo... this is Earlham Street facing Seven Dials, in the London Borough of Camden. El Cambridge Theatre se construyó en 1929-30. Espero que la ceremonia de entrega esté a mi altura, creo que he trabajado mucho...jeje. Pásalo súper bien y nos vemos en Monti!!

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    1. Hola, hola!! Sí que compré tiritas, el mismo día que llevaba las botazas. No sirven de mucho, es una herida del alma casi XD Las compré en el 99p, que el poundland es de ricos.

      Con lo de los Seven Dials me hubiera conformado! Por cierto, estoy pensando hacer tour europeo si me llega el tiempo y, sobre todo, la pasta en el tercer trimestre. Londres-París-Bruselas-Amsterdam. ¿Me acoges? ¿Te apuntas? =P

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  3. Ohhhh me encantan los escaparates!!!! Menudo derroche de lujo, espero que no te estés convirtiendo en un moderno de la vida,jummm.
    Os envidio a muerte por haber andado juntos por París, no me extraña que se doblara la llegada de turistas!
    Pero lo mejor de todo es que ya casi estais en Graná los dos para que os dé un achuchón...o una colleja, según me pilléis!
    Un besoteee

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    1. Qué va, los escaparates los pongo para cubrir nichos del mercado que están sin explotar, vamos, por si a alguien le interesa XD
      La verdad es que impresionan con tanto detalle pero en realidad me siguen pareciendo excesivos y que ojalá hubiera otras prioridades en el mundo.

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