martes, 23 de abril de 2013

Der Hölle Rache kocht in meinem Herzen (y no soy Alfon)


¡Hola carrasquillófilos!

¿Cómo puedo permitirme este retraso en la publicación del blog impropio de mí?
Pues la verdad es que no tengo una gran excusa, simplemente se me olvidó porque ayer estuve todo el día estudiando (y viendo Modern Family). Para compensar, por ser el día del libro, pronto mi cumple, haber pasado las 10000 visitas (¡gracias!) y porque me da la gana, CONCURSO ESPECIAL al final de la entrada. Pero antes, la semana...

Destacó con mucha diferencia en las categorías cultural y del postureo mi visita a la Royal Opera House.
Vale, no pude permitirme champán ni canapés y, para colmo, me había dejado el monóculo en casa. Pero fue una noche mágica. ¡Como la flauta que vimos!
Todo empezó de improviso cuando mi encantadora compañera de pasillo G (que nunca leerá esto, porque no lo entiende, para empezar) me informó de que habían salido a la venta las últimas localidades para la función de "Die Zauberflöte" aquella misma tarde. No me lo pensé y me compré la entrada más barata apropiada a mis necesidades. Como soy un chico joven, decidí ver la función entera de pie (3 horas). Y, como he crecido una barbaridad, me tomé a risa eso de "not suitable for people of short stature". Vaya, que no había presupuesto para más.

¡La primera vez que voy a la ópera y fue impresionante! Probablemente fue un poco por la propia obra (La Flauta Mágica de Mozart y no, no es la versión porno) que parece ser de las óperas más entretenidas y ligeras y, además, que tiene pasajes musicales muy conocidos por todos:


Después, por si no hubiera quedado bastante alternativo, cenamos en un restaurante en Covent Garden de un chef famoso. Me apuesto un ojo y medio a que el chef por ahí no estuvo, pero el nombre se lo dio (a cambio de parte de los beneficios, me imagino). Pizza de rabo de buey, ensalada de brócoli y almendras y patatas fritas.
Tras una búsqueda infructuosa de heladerías a eso de las 11 en Londres, decidimos ir al Sainsbury, comprar tarta, helado de vainilla, helado de dulce de leche y un bote de nata montada y pimplarnos todo junto en la residencia. ¡Anda que no dormí bien!

Con la vuelta de L se renovaron los eventos típicamente Londoner.

El miércoles nos fuimos a dar un paseo por los canales, desde las exclusas de Camden hasta una parte de la ciudad conocida como "Little Venice". No, no se parece en nada a Venecia, pero tiene canales y el nombre es muy comercial.
No es de las cosas que se hacen en una visita "corta" a Londres, pero el paseo primaveral bajo el sol fue la mar de bonito y agradable. Además, las personas que viven en los barquitos están hechos unos modernos y unos Diógenes y tenían toda clase de tonterías alrededor de sus casas flotantes, lo que daba al entorno un carácter bastante alegre e infantil a la vez.




Sí, no fuimos a ver el funeral de la Thatcher, pero yo creo que el cambio mereció la pena.

El sábado decidimos ir al festival de San Jorge que se celebra en Trafalgar Square.
Bueno, san Jorge es el patrón de Inglaterra y se celebra el 23 de abril (o sea, hoy). Pero como los sábados da más gozo celebrar las cosas pues ahí estaban los ingleses haciendo cosas típicas de ingleses, a saber, comer, comer, colorear si eras menor de 10 años, escuchar grupos de música alternativos y jugar al crocket, que habían puesto un minicampo para probarlo.
Desde luego que no llegaba a la altura de lo que montaron en san Patricio, pero aún así nosotros nos fuimos ahí con nuestras banderas inglesas a echarnos fotos darlo todo.
Ya aprovechamos para ir de tiendas y pasearnos por la calle de más alto copete de Londres (Bond Street, la nueva y la vieja). Con sus chaneles, diores y tiffanys eso era lo más de lo más (caro). Aproveché para comprarme unos trapitos (del Primark, no os engañéis) por mi cumple (por cierto, se aceptan regalos; me gustan los ebooks y pasear por las playas del Caribe).
¡¡Feliz Saint George's day!!
Y ya desde entonces, estudio intensivo. Mi primer examen, este jueves, versa sobre el diseño y control avanzados de reactores bioquímicos. Y mis ganas de estudiar y concentración no están para trotes, así que haré lo que pueda poquito a poco.

Así que, ya que estamos, os contaré algunas de las peculiaridades de estos inglesitos cuando llega el tiempo de estudiar.

1) Tres meses de periodo de exámenes
Todo abril (del 22 de marzo al 22 de abril) es tiempo 100% vacacional. No hay clases, no hay que ir. Se supone que es para que te pongas al día de todo para los exámenes, que son durante el mes de mayo mayormente.
¡Chollazo! ¿No?
Pues eso parece, hasta que descubres en tu "examination timetable" que, en vez de ponerte 6 exámenes en cuatro semanas que hay te ponen 6 exámenes en cuatro días. Todos juntos a mogollón. La ventaja es que hay gente que termina el curso oficialmente el 8 de mayo. La desventaja es evidente.

2) ¡Sorpresa! ¡Exámenes!
Parece ser, que a pesar de llevar estudiando como 10 años antes de entrar en la universidad, no saben lo que es un examen. Se sorprenden de toooooodo lo que tienen que hacer porque el resto del curso se lo han pasado de fiesta. Debo decir que esta actitud es más típica de los alumnos de primer año, en general la gente es razonablemente responsable. Cuando está sobria.

3) Biblioteca style
Debido a los puntos 1 y 2, el uso de las bibliotecas, salas de estudio y sillones de los pasillos en la universidad se hace intensivo. Pero no intensivo nivel "aay que no hay sitio en la sala de estudio", no. Intensivo nivel "me llevo el edredón de casa para echar un par de horas de sueño esta noche".
Es increíble la cantidad de gente que VIVE en la biblioteca.
Recordaréis en conocimiento del medio que un ser vivo nace, crece (come, duerme), se reproduce y muere.
Pues lo único que aún no he visto hacer en la biblioteca a nadie es nacer. Pero espera 9 meses y tal vez tengamos alguna sorpresa.
A pesar de las posibilidades de, digamos, "expandir" nuestros horizontes sociales en la biblio, tendríamos que lidiar con problemas cotidianos como: no tener sitio a las 8 de la mañana, no haber ordenadores desocupados (libres sí, pero les ponen el "brb" y ya parece que nadie puede tocarlos) y, sobre todo, con la mujer griega loca.

En fin, que no os vengáis aquí a hacer una carrera entera. Lo suyo es un Erasmus, con su par de examencillos bien alejados y que te dé tiempo a disfrutar de todo lo que esta ciudad tiene que ofrecer.

CONCURSO ESPECIAL
¿Queréis un libro? El que a mí me dé la gana, pero oye, ¡¡libros gratis!!
Simplemente contestad correctamente a la siguiente pregunta digna de los más carrasquillófilos:
  • ¿Qué tienen en común la gran, gran, gran mayoría de títulos de mis entradas?

El primer comentario que acierte (con algún ejemplo), ¡gana! Y sí, londoners, cualquiera puede participar.
¡Tenéis solo hasta la semana que viene!


¡Un abrazo!

5 comentarios:

  1. ¡Hola!

    Lo primero, mucha envidia por la visita a la ópera...
    Lo segundo, ¡voy a participar por primera vez! Porque aún no hay comentarios, y porque me parece fácil (¡creo!)
    El rasgo en común de los títulos no podía ser otro que el musical, jeje. Títulos de canciones, fragmentos de letras... you know, that kind of things, right?

    ¡Ánimo con esos exámenes!

    Isahergo, xD

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    1. Wo, wooo!!! Sé que sigues esto aunque no parezca (las 10.000 visitas no salen solas). Así que me alegro de que hayas ganadoooo!!! WEEEEEE!!!

      Y ya tú sabes que para disfrutar de Londres solo necesitas un pasaje en el siguiente aeroplano que se dirija hacia aquí!

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  2. Yeah!! ¡Muchas gracias! jejeje. Claro, yo estoy ahí, en la sombra, sin llamar mucho la atención, xD

    ¡Feliz día del libro! (electrónico o no =P)

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    1. Wops, ayer por poco te pillo el premio... pero no quería precipitarme, así que una mañana la reservaré para ir a buscar libros con carácter =P

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    2. Jejeje! Tranquilo, me conformo con el libro que te parezca bien... :)

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