martes, 16 de abril de 2013

Siete crisantemos

¡Hola carrasquillófilos!

Después de una mini-maratón de la serie Digimon con mis erasmus favoritos (a saber, L, R y M), aprovecho antes de dormir para contaros con algo de prisa qué ha sido de mí esta semana.

Me temo que no será tan interesante como la semana anterior... iré día por día con los sucesos más interesantes para que veáis que no hay apenas nada de especial.

El lunes una fiesta hispano-brasileña que terminó con "la camisa negra" de Juanes. Mucha gente, hamburguesas grandes, cerveza barata, reggaeton y algo de perreo. Alguna vez os he dicho que la música aquí difiere bastante de lo que puedes esperar en una discoteca española y que se echan de menos hasta los más odiosos ritmos "latinos". Pues bien, después de esa noche ya estoy curado de reggaeton para un mes, incluyendo éxitos como "A ella le gusta la gasolina" o "Maaaayooooonesaaa".

El martes, para compensar un poco, el gran M y yo nos plantamos en el complejo de teatros y auditorios de Southbank para escuchar un concierto a cargo de la Orquesta Filarmónica de Viena. Aquí podéis a la misma agrupación y la misma obra, aunque hace unos añitos ya. ¡No dejéis de escuchar al menos un rato!


Debo decir que el auditorio era espectacular y que había allí gente muy, pero que muy snob. Normal, a 85 libras que valían los asientos más caros... Por suerte, como buenos estudiantes, conseguimos unos asientos geniales por solo 5 libras.

El miércoles no recuerdo haber hecho gran cosa, solo ir a comer con R. No por acompañarlo mientras estudiaba, sino por ver si me tocaban las 50.000 libras que el McDonald está sorteando. La perrera me acompañó... y ya se ha instalado en mí desde entonces...

El jueves, después de nadar como un campeón (llevaba ya semanas sin entrenar), me vi una peliculilla tranquilamente con dos grandes chicos. La película, por desgracia, no estuvo a la altura de nuestros estándares. Fue una buena noche, de risas y frikeo variado.

Y ya el viernes un poco más de perrera, porque el sábado se avecinaba difícil. Volvía Miss Pechotes Jarafuel 2013 y nos había OBLIGADO a ir a recogerla a la estación, como si fuera una peli romántica. Para no quedarnos atrás le llevamos crisantemos violetas, ahí es nada.
Momentazo épico del día aquel en el que R sujetaba las flores mientras yo pedía menú en el McDonald (mi 4ª visita de la semana y sin premio aún) y unos hooligans borrachos como cubas enardecidos le abrazaron, le dijeron cosas bonitas al oído y le prometieron amor eterno. ¡No vale, él ya tiene novia! ...siempre se me escapan las mejores oportunidades.

Llego L, sonriente y requemada del sol valenciano. Nos vimos todo Oxford Street via autobús, la acompañamos hasta su residencia y nos cocinamos unas superfajitas más mejicanas que un mariachi. Ya os las cocinaré, #todosmisamigos, ya...
Otra buena noche, llena de perversiones entre las que destacaron la pistola de agua fálica y la competición de "haber-si-te-cabe-el-twister-entero-en-la-boca", en la que se valoraba recorrido, técnica y ejecución.

Ayer domingo hizo un día de escándalo y, en vez de quemarme la nariz como la mitad de las italianas que tengo en el facebook (maravilladas de que el sol de Londres fuera de verdad), me quedé en casa porque era lo previsto, ya ves tú.

En fin, una semana llena de visitas al McDonald (ya he perdido la esperanza de que me toque nada) y de perreo que está echando por la borda mi plan de aprovechar el último trimestre para comer sano y ponerme en forma. Sin embargo... ¡a quién le importa!

¡Un abrazo!

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