lunes, 29 de octubre de 2012

Yo quiero marcha, ¡marcha!

¡Hola carrasquillófilos!

Los que bien me conocéis y os preocupáis por mí, sabréis que he tenido una semana medio aburrida, principalmente porque desde el miércoles hasta el viernes estuve enfermito y no pude hacer gran cosa... Yo lo achaco al frenético ritmo de vida, los cambios bruscos de temperatura, la natación... vamos, que no tengo ni idea de por qué, pero los ganglios se me pusieron del tamaño de pelotas de golf.

Lo más llamativo de la semana es que ya empiezan a tirar de Halloween estos ingleses. El fin de semana anterior a la noche de brujas (osease, este que acaba de pasar) se llena de fiestas temáticas y gente disfrazada. Esta situación se prolonga hasta más allá del día 1 de noviembre, con fiestas como la "Halloween Hangover" en la noche del día de todos los santos (que por cierto, aquí no es festivo).
No obstante, de Halloween hablaremos cuando haya pasado tan esperado día, así que tendréis que tener paciencia para conocer cómo se lo montan aquí.

Aparte de eso no hay más que contar.
¡Mas perded cuidado, queridos míos! Para estos casos guardo bajo la manga un set de entradas de cultura inglesa general. Sé que mis aventuras son tremendamente más interesantes, pero también os conviene conocer algo de este país, por si el destino os lleva a vivir aquí.

Hoy toca... la FIESTA.

Y no, no voy a hablar de toros (otro día hablaré de cómo creen los ingleses que es España, por cierto, porque no tiene desperdicio), sino de lo que hace y lo que espera la gente cuando sale aquí a desfasar.

Comencemos por el comienzo...
En primer lugar, no existe la concepción clásica de "viernes" o "sábado" noche. Puede ser porque esté en la capital, pero aquí salen todos los días si es menester. Y, de hecho, mis compañeros de piso se quedaron casi todos el sábado por la noche en casita, por ejemplo.
Basta mirar los flyers que abundan por doquier cada semana para darse cuenta de esto. Cada lunes hay fiesta en Pacha o bebidas por una miserable libra en el bar de la universidad (y sí, acaban muy cocidos algunos). Hasta los jueves, con #HashtagThursday @ Piccadilly Institute (con fiestas temáticas variadas: colegiales, empollones, pijamas...).
Los bares y pubs locales abren todas y cada una de las noches y a veces parece que hay más gente en la calle durante la noche que durante el día.

En segundo lugar, beber es muy diferente. Será cultura o higiene, pero no compran algo para compartir entre todos. Cada uno se compra lo que le gusta y se lo va bebiendo, aunque debe ser consciente de que es probable que, al final, haya más de uno que le sise.
La variedad de alcohol es importante, pero como en España, los gustos sociales imponen una jerarquía. No esperéis ron, pues apenas se ve. Más vale que os guste la ginebra si venís aquí pues es, con diferencia, la bebida espirituosa favorita. También el vodka tiene sus adeptos. Y, para bolsillos más restringidos, la cerveza y la sidra (que se puede encontrar a menos de una libra el litro, aunque parece orín) lideran la lista.
En las discotecas, es curioso cómo te sirven la bebida. 25 mL justos. Ni más ni menos. Para los que no estés acostumbrados a manejar matraces y otro instrumental de medida de volumen os diré que 25 mL no llega ni a buchito... una mijilla si acaso.

Mención especial merece la forma de preparar una "copa" aquí entre los no profesionales. 
Existen dos versiones: la versión "señorita", en la que se sirve una cantidad prácticamente insignificante de alcohol y un buen chorro de mixer (lo que en España sería la CocaCola, la Fanta o lo que echéis a los cacharros), y la versión "machote", que consiste en coger la botella de Absolut Vodka y beber a morro, como si el líquido transparente que contiene fuera agua embotellada de mineralización débil. En ninguna de las dos versiones se incluye el hielo.

Sin embargo, la mayor diferencia que encuentro es la finalidad y el sentido del alcohol. Mientras que en España tiene un peso (más o menos) importante la sociabilidad y no es muy común beber solo, por ejemplo. Aquí el sentido último es pillarse la cogorza del siglo.
No importa lo caras que sean las copas y que se necesiten técnicas cromatográficas avanzadas para detectar niveles de etanol en ellas. No importa si durante la noche pierdes la dignidad o la ropa interior.

La noche típica comienza a eso de las 7 u 8, recién cenado. Si es un día especial y hay algún evento importante en alguna discoteca o similar, la gente suele reunirse para beber, lo cual no es extraño. Si no lo hay, a veces se sacan su botellilla de ginebra y le pegan un trinque. Si hay varios y juegan a las cartas digamos... una fría tarde de miércoles a eso de las 8... ¡para qué vamos a evitar una futura resaca, aunque no vayamos a discoteca ni nada y mañana tengamos clase temprano!
Con esta actitud no es de extrañar que a las 11 de la noche sea fácil encontrar gente en condiciones pésimas, con un dañado sentido del equilibrio y una maltrecha percepción de la realidad. Eso, si les han quedado neuronas para mantenerse conscientes. A veces se encuentra uno gente tirada en la calle durmiendo apaciblemente. A veces, se los encuentra ya bien de mañana.

Las discotecas, para la mayoría de los españoles, pueden resultar odiosas.
Están abarrotadas, hasta el punto de que la estrategia al pedirse una copa/cerveza/bebida-en-general consiste en beberla rápido en la barra pues, si se te ocurre entrar con ella en la vorágine de empujones, bailes y borrachos en que se convierte la "pista de baile", puedes tener por seguro que habrás tirado tus libras a la basura y tu bebida al suelo.
No sé si es casualidad o de hecho una especie de juego o tradición, pero siempre que acabas ahí, en esos espacios donde solo puedes moverte para dejar sitio a alguien que quiere pasar, llega un momento en que alguien empuja a alguien. De repente, aquello se convierte en una mini batalla donde el empujado pasa de unas manos a otras mientras se ríe alocadamente, empuja a otros, la gente salta, no les importa dónde o cómo les den y simplemente se dejan llevar por la marabunta.

Por otro lado, la música no es a lo que nos tienen acostumbrados.
Al más puro estilo "superclub de la capital" toda discoteca más o menos conocida tiene su propio DJ, o varios a lo largo de la noche, que básicamente pinchan esa música electrónica y retorcida que nunca llegaré a entender:


No solo es esto, por supuesto, pero hay una gran mayoría de temas similares, con ritmos difíciles de pillar y que ni siquiera tienen letra para hacer como que te la sabes. Ni te dan ganas de saltar, ni de mover la cabeza. A mí al menos me entran más ganas de oradarme los oídos con una broca del 10 y medio.
Así que, cuando preguntéis a un español recientemente afincado en Londres por las discotecas, que no os extrañe que os diga que son una mierda un tanto decepcionantes. 
No es mi opinión personal, porque yo lo paso bien con lo que me echen, pero preguntad por ahí y veréis.

Por último, pero no por ello menos importante, está el tema del ligoteo.
Cualquiera que os diga que las inglesas son muy putas y los ingleses unos salidos... tiene más razón que un santo deslenguado se acerca un tanto a la realidad.
Observando las costumbres de estos individuos es fácil llegar a la conclusión de que, a diferencia de lo que yo he vivido en España, el encontrar una pareja fugaz (fugaz de... 30 minutos en una noche, poco más sube la media que yo sepa) es casi uno de los objetivos de la noche. No es importante realmente si el chico o la chica realmente te gusta mucho, simplemente es parte de lo que se hace cuando sale uno.
Los chicos (entiéndase esto como una descripción de casos extremos) comienzan apuntando alto, mas cuando aumentan en su marcador las calabazas y los grados (de alcohol, se entiende) bajan el listón hasta donde sea necesario si tienen interés. O, la otra versión encantadora, el trompa, trompa, TROMPA, típico pesado que se acerca a alguna mirándole el escote o el culo descaradamente y, cuando la pobre e ingenua florecilla le increpa con una voz que dejaría listo a cualquiera, nuestro espécimen se aleja momentáneamente para volver sin tardanza y, obviamente, sin vergüenza.
En las chicas (ídem) tenemos una mayor variedad. Pero entre las más facilonas está la versión "he bebido tanto que no me aguanto de pie, mucho menos voy a verte la cara para que me importe si te beso o no" y la también abundante "yo voy a lo que voy y si no te queda claro te restriego el culo donde haga falta". A veces también se observa que si un grupo de féminas va sucumbiendo a la seducción, las que van quedando sin acompañante van acrecentando su dolor existencial y acabarán, probablemente, con el borracho de antes.

Y no quiero decir nombres ni situaciones específicas, pero de verdad se ve gente que se deja la dignidad en casa.

Todo esto suena a un desfase importante y la razón, a mi entender, es que el resto de la sociedad en que viven normalmente está bastante más "encorsetada" que la nuestra. Los horarios, los "excuse me", los almuerzos solitarios y a deshoras. Puede sonar a tópico, pero es cierto que no se toman la vida con la misma actitud que nosotros los sureños. Supongo que por eso, cuando llega la hora, se desahogan a gusto.

Y esto es todo, espero que os sirva como guía. ¡Venid si queréis beber, venid si queréis ligar pero no vengáis sin avisar!

LONDON QUIZ

Ojú illos, aquí ni intentáis pillar el premio ya, ¿eh? ¡Pues mira que es divertido y se aprenden cosas de una ciudad tan grande como esta!

Hoy es un auténtico reto, pero advierto que aún puedo seguir subiendo el nivel ;)



No es un sitio cualquiera, solo digo eso.

Suerte y ánimo, que cada vez queda menos!!

¡Un abrazo!



PD: aviso que el lunes próximo no estaré en condiciones para escribir nada. O lo mismo algo muy largo y deprimente, pero no lo creo.

2 comentarios:

  1. Hoy nos encontramos en Leicester Square. La estatua que se ve al fondo es de W. Shakespeare. Y la foto está hecha desde el parque que se encuentra en mitad de esta plaza. Por cierto, guarda las ganas de juerga para esta navidad, no?

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  2. ¡Respuesta correcta! Aunque técnicamente yo no estaba en el parque ;)

    Y no te preocupes, que tampoco salgo tanto, ¿eh?

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